El cantor de jazz (The Jazz Singer) se considera la primera película sonora –aunque parcialmente– de la historia. No es de extrañar que fuera un musical, pues con el cine sonoro se lograba mezclar acción, música y coreografía en una misma unidad temática. Dirigida por Alan Crosland en 1927, se estrenó el 6 de octubre de dicho año en el cine de la Warner Bros en Nueva York con Al Jolson de protagonista, un Jonson que se pintaba de negro, pues en aquella época los personajes negros en el teatro estadounidense eran encarnados por actores blancos pintados; blancos y negros no podían mezclarse. De El cantor de jazz incluimos la secuencia con el número Dirty Hands, Dirty Face (música de James V. Monaco y letra de Edgar Leslie y Grant Clarke), una clara muestra de los inicios del cine sonoro, combinando los característicos rótulos del cine mudo con escenas…
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