Una calle del distrito de Whitechapel. Grabado de Gustave Doré para el libro ‘London: A Pilgrimage’ (1872).
Era de noche, una noche rara para Londres, calurosa y estrellada. A medida que avanzaba hacia el este, las calles se estrechaban y perdían resplandor y esplendor. No sabía dónde estaba, pero el silencio, la soledad, el abandono, la oscuridad, le indicaban que había elegido una mala ruta. La miseria no está lejos del bienestar, pensó Samuel, que apenas había caminado una hora. Junto al pestilente canal de Soochow Creek vio dos cadáveres abandonados a las puertas de un edificio. Era la morgue. Ya había cerrado sus puertas y quien los hubiese encontrado los depositó allí, puede que molestaran en el lugar del crimen, pues era evidente que habían sido asesinados, sus semblantes mostraban el horror de una muerte inesperada solo advertida en el último momento. Uno de ellos era el de un…
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