Casi todos los que amamos el rock tenemos nuestros particulares rankings: de discos de un determinado estilo, de portadas, de cantantes, de baterías o de guitarristas. En este último apartado suelen aparecer las grandes figuras del blues-rock, del hard rock, del progresivo o del heavy metal, pero en casi ninguna lista está Mike Oldfield. Tal vez sea por su condición de multi-instrumentista, por su versatilidad como músico y, también, por esa capacidad que tiene para aromatizar sus trabajos con fragancias exquisitas que, en ocasiones, pueden enmascarar su virtuosismo a las seis cuerdas y, en general, la esencialidad de su obra, como si los árboles no nos dejaran divisar el bosque. “Ommadawn” (1975) es el tercer disco del británico, una obra sinfónica en dos movimientos, al igual que lo fueron sus dos trabajos anteriores: “Tubular Bells” (1973) y “Hergest Ridge” (1974). “Ommadawn” es como un espeso bosque plagado de…
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