Por Renaud Camus
«Mi amor para todos los que dicen NO, todos los que se levantan contra el cambio de pueblo y de civilización, todos los que rechazan la conquista y la colonización de Europa, así como la anunciaron, cada cual por su lado, Houari Boumédiène y Vladimir Putin, sin olvidar esos otros visionarios que fueron Enoch Powell y Jean Raspail.
Hoy una gran esperanza se levanta en el este, se llama Pegida, y tenemos con nosotros a una embajadora que saludamos como la mensajera de la primavera de los pueblos: Melanie Dittmer.
Siempre he pensado que el problema que se nos plantea, y que es el más grave que podamos tener (ya que se trata de la misma existencia y supervivencia de nuestra civilización) sólo puede tener una solución europea, dentro de la unión de todas las naciones y todas las culturas de tradición celta, greco-latina, cristiana por supuesto y también librepensadora.
Europa está colonizada, y lo está mucho más gravemente, mucho más irremediablemente, si no hacemos nada, que lo que ella misma colonizó en su día.
Pero vamos a combatir, lo estamos haciendo ya. La lucha anticolonialista ya ha comenzado, en el camino de Pegida. Un Frente de Liberación Nacional, sección francesa de la Internacional Pegidista, ha comenzado la resistencia. Si queréis ayudarla, ofrecedle vuestras competencias, eventualmente algo de vuestro dinero, pero sobre todo vuestra presencia, vuestra visibilidad, vuestros mensajes, todo aquello que puede conducir a la proliferación del frente del rechazo.
Nuestro modelo Pegida tiene a su vez un modelo, el que derribó el Muro de Berlín y abatió el Telón de Acero. Hoy al igual que hace 25 años el adversario parece todopoderoso, el régimen soviético entonces, hoy el poder remplacista, el que promueve la Gran Sustitución, la intercambiabilidad general del hombre y de todo, bajo la excusa de la multiculturalidad y la convivencia. Pero esos dos poderes, el que cayó hace un cuarto de siglo y el que enfrentamos hoy, tienen la misma debilidad que hace que puedan derrumbarse de un día para otro. Están hechos de mentiras, saturados de falsedad hasta lo más profundo de ellos mismos, llenos del vacío de la ilusión fabricada. La verdad puede reducirlos en cenizas al menor golpe, como los colosos de cartón-piedra que son.
La verdad es que no hay multiculturalismo sino una deculturación general que conduce al atontamiento masivo, a la subida de la violencia, al retorno al salvajismo de la especie.
La verdad es que no hay convivencia sino una conquista colonial en curso en la cual nosotros somos los indígenas colonizados y cuyo instrumento es la cantidad, por supuesto, la sustitución demográfica, pero también la permanente delincuencia, el vandalismo de todos los días, las molestias cotidianas que vuelven la vida imposible a la gente, o la espantosa barbarie de la que hemos sido testigos hace poco.
La verdad es que no hay pueblo. Un pueblo es todo lo contrario de lo que hay. Hay comunidades que se disputan cada día más abiertamente un territorio, un territorio sobre el cual esas comunidades tan distintas tienen derechos muy desiguales. Es por eso que hablo sin rodeos de guerra colonial, o para decirlo mejor desde nuestro punto de vista, de guerra anticolonial, de lucha anticolonialista.
La esperanza es que la verdad sea suficiente para derribar las murallas, como hace 25 años. Y en esa verdad incluyo la ley, las victoria electorales, los cambios políticos, la constatación de la incompatibilidad de caracteres, el gentlement agreement, el divorcio (tanto más fácil de obtener como que nunca hubo consentimiento en ese matrimonio…), la remigración, el control efectivo del Mediterráneo…
Si la verdad no fuera lo suficientemente fuerte como para alcanzar esos resultados, no habría más alternativa que la sumisión o la lucha armada. La primera ya ha comenzado. La segunda también, y no la hemos iniciado nosotros.»
ENGLISH VERSION
“My love for all those who say NO, all those who stand up against the change of people and civilization, all who reject the conquest and colonization of Europe, as well as announced by Houari Boumédiène and Vladimir Putin, not forgetting those other visionaries who were Enoch Powell and Jean Raspail.
Today a great hope rises in the east, is called Pegida, and we have an ambassador with whom we salute as the messenger of the spring of the peoples: Melanie Dittmer.
I have always thought that the problem that we face, and that is the most serious we can have (since it is the very existence and survival of our civilization) can only have a European solution, within the union of all nations And all cultures of Celtic, Greco-Latin, Christian tradition of course and also freethinker.
Europe is colonized, and it is much more seriously, much more irremediably, if we do nothing, than what it itself colonized in its day.
But we are going to fight, we are already doing it. The anti-colonialist struggle has already begun, on the road to Pegida. A National Liberation Front, a French section of the Pegidist International, has begun resistance. If you want to help her, offer her your skills, possibly some of your money, but above all your presence, your visibility, your messages, everything that can lead to the proliferation of the front of rejection.
Our model Pegida also has a model, which knocked down the Berlin Wall and struck down the Iron Curtain. Today, just as 25 years ago, the adversary appears to be all-powerful, the Soviet regime at that time, today the remplacist power, which promotes the Great Substitution, the general interchangeability of man and everything, under the excuse of multiculturalism and coexistence. But those two powers, the one that fell a quarter of a century ago and the one we face today, have the same weakness that makes them fall overnight. They are made of lies, saturated with falsehood to the depths of themselves, filled with the emptiness of fabricated illusion. The truth can reduce them to ashes at the slightest blow, as the stone-cardboard colossi they are.
The truth is that there is no multiculturalism but a general acculturation that leads to massive stun, to the rise of violence, to the return to savagery of the species.
The truth is that there is no coexistence but an ongoing colonial conquest in which we are colonized Indians and whose instrument is the amount, of course, demographic substitution, but also the permanent crime, vandalism of every day, discomfort Everyday life that makes life impossible for people, or the frightful barbarity we have witnessed recently.
The truth is that there are no people. A village is the opposite of what there is. There are communities that are more and more openly disputing a territory, a territory on which these very different communities have very unequal rights. That is why I speak bluntly of colonial war, or, to put it better, from our point of view, of anti-colonial war, of anti-colonial struggle.
The hope is that the truth will suffice to bring down the walls, as it did 25 years ago. And in that truth I include the law, the electoral victories, the political changes, the verification of the incompatibility of characters, the gentlement agreement, the divorce (so much easier to obtain as there was never consent in that marriage …) The effective control of the Mediterranean …
If the truth were not strong enough to achieve those results, there would be no alternative but to submission or armed struggle. The first has already begun. The second also, and we have not initiated it. “
Archivado en: ACTUALIDAD, ARTÍCULOS, DIVULGACIÓN, ISLAM, POLÍTICA, RELIGIÓN, SOCIEDAD Tagged: "TOTALITARISMO TEOCRÁTICO", #STOPISLAM, EUROPA, FUERA ISLAM DE EUROPA, FUERA MUSULMANES DE EUROPA, INVASIÓN, INVASORES, ISLAMISMO, MANIFIESTO, PARÁSITOS, SHARIA, STOP MOSQUES