Espinar, de teleoperador a 50.000 euros al año. Sueldo de obrero
Por: Javier Sobrevive
No, aunque lo parezca por el título no lo es. Esto no es el argumento de una película de Pajares y Esteso (dos genios), tipo: “Los liantes”, “Los bingueros”, “El currante” o la gran “Yo hice a Roque III”. Esto no es ninguna película, los pijomunistas son una nueva clase social española, la chachi, la bienqueda, la que pita y, sobre todo, la que reparte ética y moral allá por donde va. Un pijomunista es, normalmente, un treintañero, hijo de papá, papá y mamá de profesión liberal bien remunerada o del alto escalafón del funcionariado público. Niños a los que nunca les ha faltado de nada y que han sido educados en el “progresismo izquierdista” de unos padres fieles a los conciertos de Aute, Serrat o Victor Manuel y Ana Belén.
Niños que presumen de una dura vida que nunca han tenido y de una difícil trayectoria personal o profesional, por la que nunca han pasado. Niños que nunca han tenido que trabajar en la vida y que han estudiado carreras de dudosa salida profesional, pero de exitosa salida política. Niños que, además, han sido educados en la verdad absoluta, la suya, y que van repartiendo a diestro y siniestro normas de vida que nunca han probado en sus propias carnes. Niños, en resumen, de vida fácil que han descubierto que presumiendo de lo contrario, y con mucha labia, se pueden alcanzar las más altas cotas del éxito político y económico.
Esos niños, como tienen mucho desparpajo hablando, decidieron un día fundar un partido, Podemos, con el que se dieron cuenta que habían encontrado la gallina de los huevos de oro. Pero esa gallina no estaba en haber fundado un partido con unas ideas claras y factibles, esa gallina la encontraron en la forma de venderlo. Empezaron a vender ese humo y tuvieron éxito, la gente les creyó. Ahora nos encontramos con que esos niños, ya treintañeros, han alcanzado lo que pretendían, su éxito personal y económico. Nos les encontramos ya situados y con la jubilación de oro prácticamente asegurada. Embolsándose sueldos en una año que muchos jubilados no han conseguido ganar en toda esa vida profesional y con defensores de su causa totalmente entregados.
Niños como Iglesias, como Errejón y como el gran Espinar con su último escándalo. Casi todos ellos beneficiados por la Diosa fortuna de conseguir una VPO, bien difícil de conseguir para otros, y de becas para trabajos que nunca han cumplido. Pijomunistas si, no el “BorjaMari” que todos estábamos acostumbrados a ver. Repartiendo a diestro y siniestro unas dosis de moralidad y de ética que ellos no tienen, no han tenido y nunca tendrán. Unos jetas de la vida, vaya.
ENGLISH VERSIÓN
No, even if it looks like the title is not. This is not the plot of a movie by Pajares and Esteso (two geniuses), like “Los liantes”, “Los bingueros”, “El currante” or the great “I made Roque III”. This is not a movie, the pijomunistas are a new Spanish social class, the chachi, the well-being, the pita and, above all, the ethical and moral distribution wherever it goes. A pijomunista is normally a thirty-year-old son of a father, a father and a mother with a well-paid liberal profession or a high ranking civil servant. Children who have never lacked anything and who have been educated in the “leftist progressivism” of parents faithful to the concerts of Aute, Serrat or Victor Manuel and Ana Belén.
Children who boast of a hard life that they have never had and of a difficult personal or professional career, for which they have never passed. Children who have never had to work in life and who have studied careers of doubtful professional exit, but of successful political exit. Children who, moreover, have been educated in the absolute truth, theirs, and who are distributing to right and sinister rules of life that they have never tried in their own flesh. Children, in short, easy life who have discovered that presuming otherwise, and with much labia, can reach the highest levels of political and economic success.
These children, as they have a lot of brash talk, decided one day to found a party, “PODEMOS”, with which they realized that they had found the golden egg hen. But that hen was not having founded a party with clear and feasible ideas, that hen found it in the way of selling it. They started selling that smoke and they were successful, people believed them. Now we find that these children, already thirty-somethings, have achieved what they intended, their personal and economic success. We are already located and with the retirement of gold practically assured. Pursuing salaries in a year that many retirees have not been able to earn in the whole professional life and with fully committed advocates of their cause.
Children like Iglesias, like Errejón and like the great Espinar with his last scandal. Almost all of them benefited by the Goddess fortune to get a VPO, very difficult to obtain for others, and scholarships for jobs that have never been fulfilled. “Pijomunistas” yes, not the “BorjaMari” that we were all accustomed to see. Distributing right and wrong a dose of morality and ethics that they do not have, have not had and will never have. A few jetas of life, go.
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