No solamente son un fraude; son un fraude cateto
Mucho se puede escribir de la lamentable actitud del podemita Ramón Espinar dando un pelotazo inmobiliario con la venta de una vivienda de protección oficial mientras se dedica a ir por el mundo de azote de los especuladores. Nos fijaremos tan sólo en su explicación de que, en realidad, él no se benefició de la compraventa.
Resulta que hubo una diferencia entre el precio de compra y el de venta, pero nada de beneficio, que es esa cosa horrible que consiguen los malvados capitalistas con sus tejemanejes, nunca los honestos podemitas cuyo único objetivo en la vida es proteger a los indefensos.
Y nosotros que nos lo tragamos.
¿Pero este Espinar se cree que somos imbéciles?
Mi querida e indigente España
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