Por Luis Herrero
Algún día conoceremos los detalles del apaño infecto con el que la Fiscalía Anticorrupción se dispone a controlar los daños que el juicio del caso Gürtel puede provocar en el casco del Sistema. Hace un par de semanas, el abogado de Francisco Correa filtró la noticia de que había llegado un pacto con el ministerio público para que su cliente, a cambio de confesar por escrito todo lo que sabe, pudiera beneficiarse de las ventajas que otorga la colaboración con la justicia. Dado que manteniendo el pico cerrado no iba a librarse de una condena apabullante, estaba dispuesto a cantar La Traviata con tal de sacar alguna ventaja. El sumario incluye pruebas lo suficientemente tumbativas como para que le caigan encima, uno tras uno, la mayor parte de los ciento veinticinco años de cárcel que piden para él las fiscales Concepción Sabadell y Concepción Nicolás. Por si fuera poco, alguno de los empresarios que pagaron comisiones al entramado societario de Correa ha reconocido los hechos. De modo que a la abundantísima munición documental hay que sumar ahora la testifical.
El horizonte penal del hombre que amasó tanto dinero sucio que ni se molestaba en contarlo -eso dijo él mismo el pasado viernes- es más negro que el carbón. La única manera de blanquearlo un poco era ofreciéndose a tirar de la manta. Las fiscales, más contentas que unas castañuelas, dijeron que adelante con los faroles. Pero sus jefes, evacuadas las consultas pertinentes, dijeron que no. No sólo lo dijeron, lo bramaron. ¿Una confesión por escrito? ¿Un desahogo espontáneo en el que el jefe de la mafia contara todo lo que sabe? ¿Absolutamente todo? ¿Incluso lo que no ha trascendido después del exhaustivo rastreo de la policía judicial?Ésa era la idea, sí. “Me los voy a follar a todos”, llegó a decir el susodichocuando su nuevo abogado, Juan Carlos Navarro, elevó la propuesta a la instancia correspondiente. “¡Eso es una barbaridad!”, dijeron los teóricos guardianes del Sistema llevándose las manos a la cabeza. La idea, en efecto, se parecía mucho a la de darle a un mono una pistola. Si Correa disparaba en todas direcciones, sin la tutela de alguien que estuviera en condiciones de orientar la dirección del tiro, la lista de víctimas podía ser demoledora. El escándalo golpearía de nuevo las paredes ya ruinosas del Estado y todo el edificio podría venirse abajo. Así que la cadena de mando se puso en acción y a las fiscales les llegó la orden de que refrenaran la locuacidad literaria del acusado. Si había sido ágrafo hasta ahora, muy bien podía seguir siéndolo el resto de su vida.
Sin embargo, al mismo tiempo que Anticorrupción negaba la existencia del pacto en la prensa, en las dependencias de la Audiencia Nacional pasaban cosas elocuentísimas: Correa abonaba voluntariamente los más de 2 millones de euros que la Fiscalía reclama en concepto de responsabilidad civil y su abogado renunciaba a recusar al magistrado José Ricardo de Prada y a solicitar la nulidad del procedimiento. ¿Alguien puede pensar que tanta amabilidad se produce a cambio de nada? ¡Ni el más incauto de los santos inocentes! Era evidente que el pacto se había suscrito, pero en condiciones distintas a las de la oferta primitiva. Lo que Correa tenía que hacer -le fue dicho- era contestar a las preguntas de las fiscales y reconocer la autoría de los delitos que ellas le imputaban. Pero sin ir más allá. Sin abrir nuevos frentes. Sin dar más nombres (al menos, de postín). Sin poner el foco en mangancias desconocidas. Con eso bastaba. Los cuchicheos cómplices que han intercambiado estos días el reo y las dos togadas representantes del ministerio público no pueden ser demostraciones más convincentes del compadreo que hay entre las partes. Correa ha llegado agradecerles en voz alta lo cómodo que le hacen sentir en el banquillo. ¡Tierra, trágame!
Espero que por el bien del Estado de Derecho, por la salud democrática española y por el prestigio de la carrera fiscal, se nos explique algún día, con pelos y señales, qué suerte de impúdicas transacciones se han llevado a cabo en la trastienda del estrado. Que los fiscales hagan política, amparándose en el patriotismo que anida en sus Ilustrísimas cabezas, y que la custodia de la ley adquiera para ellos un rango subalterno, es deplorable. Habrá quien diga que, al pertenecer a una estructura jerárquica, su obligación es cumplir las órdenes que reciben. Pero no es verdad. Y menos si las órdenes proceden del poder político. No hay nada que obligue al Fiscal General del Estado a poner en circulación por la cadena de mando ninguna orden que no proceda del dictado de su conciencia profesional. Si se cuadra ante los políticos y da curso a sus instrucciones no es por imperativo legal. Es por otra cosa.
En otras condiciones, el escándalo que sugiere la conducta de Correa durante su declaración judicial tal vez hubiera movido a la clase política a poner el grito en el cielo. Pero bastante tienen PSOE y Ciudadanos con salir vivos de la encrucijada política que habitamos como para esperar de ellos comportamientos heroicos. Ambos partidos necesitan que la legislatura arranque cuanto antes para frenar su proceso de lenta disolución existencial y eso pasa por investir a Rajoy al precio que sea. Si ahora afloraran revelaciones nuevas que tiznaran al PP más de lo que ya lo está, sería imposible que Javier Fernández ganara la batalla del Comité Federal del día 23 o que Rivera siguiera reclamando para sí, amarrado aún al acuerdo de investidura, el título de azote de los corruptos. Por eso Javier Fernández no deja de repetir que en el juicio de Gürtel “no hay nada nuevo” y Rivera que “un mafioso no puede marcar el ritmo de la vida política del país”. Creíamos que a Rajoy la actividad judicial le iba a amargar la investidura y resulta que ha sido la investidura la que le ha amargado la vida a la actividad judicial. A Podemos se lo estamos poniendo a huevo.
ENGLISH VERSION
Someday we will know the details of the hack infected with the Anti-Corruption Prosecutor is about to control the damage that the trial of the case Gürtel may result in the hull of the system. A couple of weeks ago, the lawyer Francisco Correa leaked the news that had reached a deal with the prosecution for his client, in exchange for confessing in writing all he knows, could benefit from the advantages offered by collaboration with Justice. Since keeping your mouth shut was not going to get rid of an overwhelming conviction, he was willing to sing La Traviata just to get some advantage. The summary includes tests tumbativas enough to fall over him, one after one, most of the one hundred and twenty five years of prison calling for him Sabadell tax Concepcion and Concepcion Nicholas. As if that were not enough, some of the businessmen who paid commissions to the corporate network Correa has acknowledged the facts. So the abundant documentary ammunition must now be added the witness.
The criminal horizon of man who amassed so much dirty money that neither bothered to tell the tale-that he himself said last Friday- is more black than coal. The only way to whiten a bit was offering to pull the blanket. Tax, happier than a lark, said ahead with lanterns. But their leaders evacuated appropriate consultations, they said no. Not only said it, I bellowed. A written confession? A spontaneous outpouring in which the mob boss tell everything he knows? Absolutely everything? Even what has not transpired after exhaustive judicial police tracking? That was the idea, yes. “I’m going to fuck it all,” he went on to say the above when his new lawyer, Juan Carlos Navarro, raised the proposal to the relevant authority. “That’s outrageous!” They said the guardians of the system theoretical her hands to her head. The idea, in fact, was much like to give a monkey a gun. If Correa fired in all directions, without the guidance of someone who was able to guide the direction of the shot, the list of victims could be devastating. The scandal again hit the already crumbling walls of the State and the whole building could collapse. So the chain of command went into action and to tax them came the order that refrained literary verve of the accused. If it had been agraphic so far, he could very well remain so the rest of his life.
However, while Anticorruption denied the existence of the pact in the press, on the premises of the National Court passed elocuentísimas things: Correa voluntarily pay his more than 2 million euros that the prosecution claims in respect of liability and lawyer He resigned to recuse the judge José Ricardo de Prada and request the annulment of the procedure. Can anyone think that such kindness comes for nothing? Not even the most gullible of the Holy Innocents! It was clear that the pact was signed, but different from those of the early supply conditions. What Correa had to do was said- ‘I was answering the questions of fiscal and acknowledge responsibility for the crimes they against him. But without going further. Without opening new fronts. Without giving more names (at least swanky). Without putting the focus on mangancias unknown. That was enough. Accomplices exchanged whispers that these days the prisoner and the two togadas representatives of the public prosecutor could not be more convincing demonstrations of cronyism that exists between the parties. Correa has come to thank aloud that make you feel comfortable on the bench. Earth swallow me!
I hope for the sake of the rule of law, by the Spanish democratic health and the prestige of fiscal career, explain to us one day, and verse, what sort of impudent transactions were carried out in the back of the dais . Prosecutors make policy, relying on patriotism Illustrious nesting in their heads, and that the custody of the law for them to acquire a junior rank, is deplorable. Some might say that belonging to a hierarchical structure, its duty is to carry out the orders they receive. But it is not true. And less if the orders come from political power. There is nothing requiring the Attorney General to circulate through the chain of command any order does not apply dictation of professional integrity. If block to the political course and gives instructions is not legally required. It is something else.
In other conditions, the scandal suggesting Correa’s behavior during his testimony might have moved to politics to put the outcry class. But rather they have PSOE and Citizens living out of political crossroads that inhabit them to expect heroic behavior. Both parties need the legislature to start as soon as possible to stop the process of existential slow dissolution and that means investing Rajoy at any price. If we now come to the surface new revelations tiznaran the PP more than it is already, it would be impossible for Javier Fernandez won the battle of the Federal Committee on 23 or Rivera continued claiming for himself, still tied to the agreement of investiture, the title of scourge corrupt. So Javier Fernández does not stop repeating that in the judgment of Gürtel “nothing new” and Rivera that “a mobster can not set the pace of political life of the country”. We believed that the judicial activity Rajoy was going to embitter the endowment and it has been the investiture which has embittered his life to judicial activity. A Podemos are what we are putting egg.
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