Restos de Numancia. Haz clic en la imagen para ampliarla.
Roma daba miedo, no era para menos. Sus conquistas eran conocidas en el mundo entero y todos los pueblos acababan doblegándose a su poder. Pero en ocasiones, muy pocas, era la propia Roma la que se impresionaba por la resistencia que sus ejércitos encontraban en la batalla. Ese fue el caso de la actitud de los numantinos en el asedio que les sometió Escipión Emiliano para rendir la ciudad de Numancia. Los propios escritores romanos, como Floro o Plinio, lo convertirían en mito al llevar al extremo su resistencia en la que incluso practicarían el canibalismo para sobrevivir y no rendirse a su poderoso enemigo.
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