¿Pero cómo puede decir eso?…”que si para ser activista de la CUP hace falta ser, e ir necesariamente fea de cojones?; esto no se trata de una pregunta inocente, ni retórica.
El aspecto casual de estos meritorios activistas es debido a la naturalidad con que actúan y nunca a suciedad ni desaliño, y la imagen que proyectan, dentro de su ingenuo adanismo, no está exenta de un cierto encanto primitivo
y atávico. Ciertamente la rusticidad de estos caracteres da testimonio de la espontaneidad tan común entre nuestra zurdería,
que en ningún modo hay que confundir con actitudes violentas o incívicas. Es sabido que lo espontaneo es sincero y natural, y ni siquiera hace falta salir de Barcelona
para contemplar estos ejemplares comportamientos; tampoco se les debe de acusar de provincianismo ya que ambicionan exportar su catalanismo más allá de Cataluña y volver a intentar implantar su verdad catalana en los antiguos…
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