Originalmente publicado en La paseata:
foto de Peter Dejong, de la agencia AP
Con la velocidad con la que el miedo se propaga un padre defiende a sus hijos del terror y consigue la fuerza necesaria para izarlos del suelo de la realidad en la que sus vecinos mueren tiroteados por los asesinos en nombre de Dios.
Es la imagen de la noche de París el 13 de noviembre por la que los franceses han asumido la guerra que para este padre ha comenzado unas horas antes.
Y ahora, en guerra, muchos hablan de la paz y se dedican a sembrar falsos argumentos que este padre nunca comprenderá.
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