Originalmente publicado en La Blanca Subur, batasunitzada sota el nacionalisme.
“Hola, sóc en Forns. Aquí estic amb en Rajoy, la Llanos i en Piqué perquè manen molt. Però demà hi seré amb en Mas, en Junqueras i en Fernàndes que m´han dit que al noupaís serè més important”.
Sucedía en el Norte. Veíamos por televisión cómo el nacionalismo destrozaba la convivencia. Cómo las cicatrices del odio marcaban los pueblos con banderas inventadas, pancartas insultantes y paredes pintarrajeadas. Cómo se arrinconaba el sentido común, se atemorizaba al disidente y se silenciaba la discrepancia. Cómo, en fin, se pisoteaban los derechos y se hacía burla de la Ley. Pero sucedía lejos.
Ahora ocurre también en Cataluña.
La siembra constante, durante décadas, de victimismo y manipulación histórica nacionalistas, arroja ya sus frutos de odio y resentimiento. La dejación de las autoridades, durante décadas, de su responsabilidad en garantizar el cumplimiento de la Ley y…
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