Originalmente publicado en WRITE IN THE GLOBAL JUNGLE:
“Malévola mujer de mis amores”
Pancho Amores Zapata y Villa era un mexicano como los que ya no quedan. Un tío hecho y derecho que despedía flores con sus andares, exquisitos modales y alegría allá por donde pasaba. Uno de los hombres más guapos del mundo, no dicho por mí sino por la absoluta mayoría de mujeres de Miami. Para que se hagan una idea, cuando su madre dio a luz en un hospital de Guanajuato, le miró la carita a su bebé y dijo: ¡Virgencita de Guadalupe! ¡Mi niño es clavadito a Jorge Negrete!… y todas las enfermeras del hospital besaron su cuerpecito de arriba abajo porque el niño, en vez de llorar como cualquier recién nacido, cantaba rancheras y romanzas mexicanas. La emocionada madre, en cuanto se repuso del parto, se divorció de su marido, un millonario chino de un metro de altura pero dueño de diez hipermercados…
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