ESTRELLA INVITADA / SPECIAL GUEST STAR
EL MULLÁH
NASRUDIN
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El Mullah Nasrudin fue al barbero, quien comenzó a afeitarlo con mano torpe y una navaja mellada. Cada vez que lo hacía sangrar, el hombre aplicaba sobre la herida un trozo de algodón para detener la sangre.
Esto continuó por bastante rato, tanto hasta que la pobre mejilla del Mullah quedó tupidamente salpicada con algodón. Cuando el barbero ya se disponía a afeitar la otra mejilla, el Mullah, impetuosamente, al verse en el espejo pegó un salto y dijo:
—Es suficiente; ¡gracias, hermano! He decidido cultivar algodón en un lado y cebada en el otro.
—¡Amigos!, voceó un día Nasrudín a sus vecinos, ¿quién me dará un precio justo por mi tierra?
—Pero si vendes la tierra, ¿de qué vivirás, Mullah?, le preguntaron.
—Simple economía, contestó Nasrudín. Invertiré el dinero en otra pequeña parcela que añadiré a la que antes tuve. De esta manera, ¡extenderé mi hacienda!
Un hombre visitó al Mullah y le dice:
—Me he acercado a ti porque, después de siete años de ser discípulo de un supuesto maestro, me he dado cuenta de que no era un hombre espiritual.
—¡Quia!, me recuerdas al hombre al que le preguntaron por qué había dejado su casa tras vivir alli siete años, y respondió que acababa de descubrir que no tenía cuarto de baño.
Un perro ajeno había ensuciado la calle entre dos casas. Cada vecino reclamaba que el otro la limpiara.
Nasrudin estaba en el tribunal cuando el asunto fue presentado ante
el magistrado.
Al juez le molestaba que el Mullah afirmara ser un árbitro en derecho consuetudinario. El caso era complicadísimo, así que decidió bajarle un poquito los humos a Nasrudin.
—Acataré tu decisión, Mullah, dijo, pues éste es un caso harto difícil. Tienes la última palabra.
—Mi decisión, respondió inmediatamente Nasrudin,es que, al ser competencia de la judicatura el aclarar los asuntos en una disputa, debería limpiarla usted.
El único momento en el que una mujer abre el Marca, es cuando necesita envolver cosas para una mudanza.
Me gustaría conocer al compositor de Melendi, ¿Alguien sabe a qué hora sale del cole?
Mi suegra se cruzó con el Diablo. El Diablo agarró un crucifijo con su mano derecha y enfrentádola le gritaba:
- Fuera la vieja! Fuera la vieja!
El Mullah Nasrudin y su vecino estaban comparando historias de ruina financiera.
—Tú puedes ser muy pobre Mullah, dijo el otro hombre, pero yo debo tanto que no podré pagar todo lo que debo en mi vida. Mis hijos tan pronto tendrán que cargar con mis deudas, y ellos, desdichadamente, a su vez, serán incapaces de pagarlas. Y así, la deuda seguirá impaga hasta que el Ángel de la Muerte venga a arrancarme el alma.
—Yo que tú, sugirió impávido Nasrudín, detendría inmediatamente las devoluciones y esperaría a que muera primero el Ángel de la Muerte.
Conversaban dos hombres en un bar cuando uno pregunta:
- Disculpa la pregunta, ¿pero a ti te cae bien tu suegra?
- No, para nada.
- Entonces ¿por que llevas una fotografia de ella en el paquete de cigarrillos?
- Ah! Es que quiero dejar de fumar.
Nasrudín regresaba de una visita a su familia política en la comarca cuando se encontró con el exasperante imam.
Reacio a caminar solo, el imam decidió olvidar su desagrado hacia el Mullah y se unió a él en el camino de vuelta a la ciudad. Y no habían andado mucho cuando el camino comenzó a subir en pendiente, y el imam no pudo evitar fustigar a su compañero:
—Alá misericordioso, sin duda has empinado este camino, sólo, para recompensar al Mullah por sus pensamientos irreligiosos.
—Gran imam, dijo jadeante Nasrudín, estás derrochando fuerzas con tus palabras, pues estás mal informado.
—¿Qué sabrá un blasfemo como tú de las obras de Dios?, sermoneó el imam.
—Esta mañana, cuando tomé este camino para mi trayecto de ida, se inclinaba hacia abajo y era fácil andar por él. Es sólo ahora, después de haberte unido a mí, cuando ha aparecido la pendiente hacia arriba.
Una estudiante (muy pero muy bonita) entra a la oficina de su maestro, antes chequeando si no habia nadie en el pasillo, y cierra la puerta.
- “Profesor, yo haria cualquier cosa por pasar esta clase.”
El maestro levanta la mirada desde su escritorio y la queda mirando.
Ella se le acerca seductivamente y le dice, -“Quiero decir, que haría CUALQUIER cosa..”
El le pregunta, -“Cualquier cosa?”
-“Cualquier cosa.”
-“…Cualquier cosa???”
Ella se le acerca más y contesta de nuevo, -“Cualquier cosa!”
El acerca su rostro al de ella, y le susurra en el oido, -“Podrías…..estudiar???”
Nasrudin fue un día a ver al imam de la gran mezquita y afirmó:
—Yo puedo realizar las destrezas de los profetas y los santos. A mis requerimientos, ¡los árboles bajarán la ladera de la montaña, y los ríos alterarán su curso para venir a mí!
—¡Demuestra verdaderamente si estás bendecido con los poderes de un profeta para disponer que las piedras rueden hacia ti, o pagarás cara tu blasfemia!, vociferó el imam.
Nasrudín extendió sus brazos hacia la roca y le dijo que fuera hacia él, pero ésta no se movió. Frustrado el Mullah pisoteó el lugar donde aquella estaba.
—Dices que posees los poderes de los profetas, pero eres un fraude, gritó el imam. Prepárate a sufrir las consecuencias.
—Mis acciones son perfectamente admisibles para la ley islámica. ¿O acaso has olvidado que cuando la montaña no fue al profeta Mahoma, él fue a la montaña?, replicó Nasrudín.
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