Era una noche fresca y había salido a caminar por una solitaria y oscura calle, sin buscar nada ni a nadie, hasta que en una esquina vi que él dio la vuelta. Era alto, cabello negro, iba de traje con un maletín en una mano, su aroma era dulce, embriagante hasta el éxtasis.
Me envolvió completamente su ser, su calor, toda su energía, y decidí seguirle, cada paso que daba me daba la sensación del cazador que iba por su presa dispuesto a atraparla a como diera lugar, era tan fuerte esa sensación que el noto mi presencia y al girarse bruscamente para buscar quien era ese ser que le perseguía con tanta insistencia, se encontró con la calle vacia, silenciosa y muy oscura sonrió sintiéndose tranquilo de que no era nada.
La calle no tenia fin, y yo ya no podía esperar mas por tenerlo entre mis brazos, sentir su calor, su respiración y la piel de su cuello rasposa por la barba. Me hice notar poco a poco, a el le inquieto que de la nada se escucharan unas pisadas tan fuertes y rapidas, el inconfundible sonido que hacen los tacones de una mujer al chocar contra el asfalto, el acelero aun mas el paso a mi me pareció muy tierno que intentara huir de esa manera, su respiración se acelero, sus latidos aumentaron aun mas, el estaba atento a cualquier ataque para intentar defenderse. Me acercaba aun mas a el, hasta estar a tres pasos lista para atraparlo entre mis brazos, pero el empezó a correr y cuando se sintió mas seguro y cansado disminuyo la velocidad volvió a girarse, y ahí estaba, la calle totalmente vacia, nada del peligro que el sentia.
Tratando de tranquilizarse intento respirar con normalidad, dejo caer su maletín y se llevo las manos a la cara, aun estaba temblando y sudando, después de unos segundos levanto su maletín y se dio la vuelta para darse un susto de muerte frente a el estaba yo, una mujer normal sonriendo sin nada amenazante, dio unos pasos atrás por la impresión, luego rió apenado por su reacción. Se disculpó, por estar tan asustado por eso no escucho mis pasos, siguió con sus disculpas y su historia casi fantástica de que alguien lo estaba siguiendo, yo me acerque a el y note su miedo, reconoció ese sonido, el sonido de mis pasos; quedo paralizado del terror mientras yo lo abrazaba y sentía su respiración y su piel rasposa, intentaba pedir auxilio pero yo lo tenia tan fuertemente abrazado a mi que podía escuchar el crujir de sus huesos rompiendose y su corazón que cada vez latía mas y mas despacio mientras yo me alimentaba de el, con ese dulce néctar que llenaba cada fibra de mi del mas delicioso placer.
Cuando su corazón latió por ultima vez me separe de el, lo deje suavemente en el asfalto y me fui caminando tranquila y satisfecha.
POR: ginger feroz
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