(Este es el primero de una serie de artículos con los que varios colegas blogueros me han hecho el honor de colaborar para este especial sobre la Primera Guerra Mundial. Agradezco encarecidamente a Francisco Javier Tostado toda su ayuda estos meses y el honor que me hace enviándonos este artículo. No os olvidéis de echarle un ojo a los enlaces).
“No se les puede vendar ni tocar. Los cubrimos con una tienda apoyando hojas. Las quemaduras por gas deben ser atroces porque los demás casos no suelen quejarse, incluso con las peores heridas, pero los casos de gas superan invariablemente su capacidad de resistencia y no pueden evitar gritar”.
Así describía una enfermera británica durante la Primera Guerra Mundial el caso de un soldado afectado por la intoxicación del gas mostaza. No sabemos si sobrevivió pero de lo que no hay duda es que quedaría marcado para el resto de…
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