Originalmente publicado en franciscojaviertostado.com:
Durante el siglo XVI podíamos encontrar al emperador hindú Akbar el Grande del Imperio Mogol, sentado en su trono en el centro de un patio de mármol incrustado. A su alrededor, entre cuadros rojos y blancos, 16 jóvenes y hermosas mujeres del harén, con vestidos azules, verdes, amarillos y rojos moviéndose al ritmo de cada tirada entre arbustos y matorrales del jardín. Sus movimientos seguían un orden, el que le marcaba la puntuación que obtenía el emperador tras arrojar unos dados que no eran más que unas conchas de molusco brillantes y de vivos colores (cauríes). Las conchas que cayeran con su abertura hacia arriba contaban como un paso para una ficha. Las mujeres más bellas del país se disputaban el honor de actuar como piezas de esta diversión del emperador, un juego conocido como Chaupar, hermana del juego nacional de la India, el Parcheesi o Pachisi que con…
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