Reblogged from El bosque silencioso:
Habiendo llegado su último momento, según parecía, estaba decidido a dejar bien atado ese asunto de indudable repercusión pública.
Nadie debía estar presente cuando expirara. Lo que se dice nadie. Sólo la muerte y él frente a frente. Como había demostrado a lo largo de su enconada carrera, él tenía agallas para eso y para más.
No contaba con doña Leonor, una devota suya que se las arregló para burlar ese veto absoluto.